jueves, 29 de agosto de 2013

Comida ñam ñam por Europa

Advertencia: no seguir leyendo si tienes hambre.

1. No te puedes ir de Bélgica sin comer un buen gofre con chocolate. Y, importantísimo: como buena amante de los gofres que soy yo (me pedí 3 en los dos días que estuve, y aun me arrepiento de no haber comido más), os aconsejo que vayáis a los puestecillos pequeños de gofres, esos en los que compras para llevar a través de un ventanuco y no tienen ni sillas ni mesas para sentarte. Ésos son los mejores.




2. Aunque también tienen mucha fama las patatas fritas en Bélgica y Holanda, no son indispensables. Al menos a mí no me parecieron ninguna cosa del otro mundo. Pero si tienes hambre, con la de puestecillos de este tipo que hay por todas partes, es una buenísima opción. Y tienen como veinte salsas distintas para ofrecerte.
En Ámsterdam (Holanda) también había unas máquinas expendedoras de comida llamadas FEBO, hay hamburguesas, croquetas, cosas así. Solo por la originalidad recomendaría ir.





3. De París, o Francia en general, no puedes perderte las crêpes (dulces, con chocolate, o bien saladas, con atún, huevo, queso, tomate, jamón...). Mmmm buenísimas, sólo de pensarlo se me abre el apetito. Ah, y los croissants y pan au chocolat, obligatorio probarlos; aunque en España también los haya, os digo yo que no saben igual, tienen un toque a mantequilla maravilloso que aquí no lo hay.



4. Prohibidísimo salir de Alemania sin haber comido un bretzel (pan salado con forma de ¿lazo?), una bratwurst (una salchicha, puede ser blanca -weiss- o roja -rot-; a mí particularmente me gustó más la blanca que lleva muchas especias), y... una cerveza, por supuesto.
Hablando de cervezas, yo iba con la idea de pedir la Spaten, que había oído que era de las mejores alemanas, y acabé pidiendo una Augustiner porque me aconsejaron en el bar que era mejor y la más bebida de esa zona.
En fin, que también es bueno guiarse por los consejos de los autóctonos.



5. De Italia, evidentemente, no te vayas sin comer la pasta, pizza y helados de infinitos sabores. También hay una cosilla muy original llamada panzerotti (yo la encontré en Milán), una especie de empanadilla gigante y deliciosa muy recomendable. ¿Y de qué está rellena? En general, tienen de relleno los ingredientes de pizzas, con la diferencia de que la masa que lo envuelve es diferente, pero también hay panzerottis dulces.